sábado, 7 de noviembre de 2015

El Nguillatun


El Nguillatun es por excelencia el acto religioso trascendental mapuche, por medio de este la comunidad y así el mismo pueblo “religa”, a la fuerza espiritual que  está en el Centro del Universo, que se manifiesta hacia los cuatro puntos cardinales.







Para lograr el fortalecimiento identitario Mapuche, en la comunidad WFA se han realizado diversas actividades como


  • Atención de usuarios de la comunidad por medio de la medicina mapuche, o atención de machi.
  • Realización del Nguillatun, We Trhipantu, Nguillanmawun, Seminarios, talleres de mapudhungun, cosmovisión, telar. 
  • Talleres de música y danza mapuche, taller de música y danza para terapia en consultorios “fushkeli tami piuke”, talleres de hierbas medicinales y creación de un grupo de facilitadoras y facilitadores interculturales con conocimientos en hierbas medicinales: Grupo “Am Millan”.
  •  Apoyo en la concreción de una Villa Mapuche de la comunidad, recuperación de campos ceremoniales, recuperación  del entorno de acuerdo a la cultura y cosmovisión.



sábado, 24 de octubre de 2015

Adh Mapu, el orden en la totalidaddel Wall Mapu:


El espíritu mapuche circulando en la ciudad Ayer, hoy o mañana es lo mismo para este pueblo que se reconoce también en su realidad urbana. No hay separación entre lo ancestral y lo actual, esa es la dimensión circular del tiempo que configura también las cuatro esquinas del mundo: Meli Witrhan Mapu.
Kuifike ngutram pi epu filu kewatun Kai Kaiengu Trheng Trheng, kiñe filu fta lafken prham,kañelu filu prham lemu ka winkul, taiñ mapuche engn ta tgfa kimun.
Taiñ Feientun pi akui Kallfg Pgllg, kupai wenu Mapu, ta tgfa taiñ kimun. 
Pu peñi pu lamieng, tufachi pikun warhia meu anulepainmun, newentuleiñ taiñ mapuche engn tgfachi Mapu meu trhaukeleiñ kom mapuche warhiache, tgfachi Pikun Mapu meu kafei Mlei tañi folil, taiñ kimun, rhakidhuan, ka taiñ Newen.
Entre la lucha de Trheng Trehng y Kai Kai y el azul desde donde vienen a ser, se escribe la historia mapuche. Se escribe -en presente- porque desde la fuente de lo inmemorial, desde el tiempo-espacio de lo ancestral, nace y se dinamiza cada vez su Identidad, que no es otra cosa que su dignidad, la altura de ser lo que se es, la correspondencia exacta de los contrarios dentro del equilibrio
universal.
¿Cómo es entonces que puede subsistir aun este Pueblo en la realidad de ciudades cada vez más cercadas por el influjo poderoso y a veces arrollador del consumo, en la mirada unidireccional y ensimismada en que se lee y decodifica el progreso? ¿Cuál es su lucha, cual es su realidad en este contexto?.
Son preguntas que se hacen carne cuando se echa una mirada y se conversa con sus propios actores, que no son sino mapuche re-organizados en comunidades, asociaciones y agrupaciones urbanas, unidos más allá de las diferencias por el sentimiento y la conciencia aún presente de ser gente de la tierra. Circular como el kultrhung es el mundo.


La identidad como dignidad

La lucha entre las serpientes Trheng Trheng -espíritu terrestre- y Kai Kai, -espíritu del agua- es el Epew -relato- que da cuenta del origen de la Nación mapuche en el territorio (1) y el momento en que se entrega el Adh Mapu o código regulador universal, que guiará a sus habitantes, la gente de la tierra, los mapuche. Este evento nos habla de las consecuencias catastróficas a que un desequilibrio entre fuerzas opuestas puede llevar. Antes de esto sin embargo existió en la Tierra una raza de hombres sabios, a ellos se remonta todo. Estamos hablando de un tiempo inmemorial, del que sólo se tiene registro oral, esa forma de comunicación directa y poderosa de la cual el mapuche sabe muy bien porque es su esencial forma de expresión(2). No es difícil entonces entender el valor que tiene la palabra empeñada para este Pueblo, al que le ha tocado también sufrir por ello, conocer el otro lado, el del decir vacío de alma, el de la mentira, poder opresor que a su paso deja miseria y puede llevar, a veces, al camino de la desconfianza y el temor pero también al que siguen sus pu Kona y pu Weichafe -guerreros- el del fortalecimiento espiritual que lleva a ser un Kimche -persona sabiaque
enfrenta cualquier adversidad como un desafío de superación. Alguien que sabe del devenir de la vida porque sabe que la tierra es su madre Ñuke Mapu y que al igual que ella esta gobernado por ciclos que debe conocer y respetar. No respetar esto sería dejar de ser lo que se es, equivaldría a perder
la dignidad.


La unidad de todo

Para quien no está dentro de esta cultura, pudiera ser incomprensible entender que lo cotidiano y tangible de nuestro mundo material está perfectamente ligado y relacionado
con otros mundos o planos. Sin ir más lejos el Rewe, elemento central de la cultura, es una escalera sagrada comunicante entre estos, por donde pasan todas las energías.
A través de él podemos captar la unidad indisoluble de todo, unidad que ha permitido,
también, al mapuche resistir ante los embates de desmemorización que en oleadas tremendas le han amenazado: inca (de ahí “We inka”, “Winka”, hoy entendido como lo foráneo), española (en la llamada “guerra de Arauco”), del Estado chileno (en la llamada “pacificación de la Araucanía” y la dictadura militar de 1973 con su decreto-ley 2568), y la casi permanente y “activa” indiferencia
del pueblo chileno.
Es el Newen -fuerza, energía- que alguna vez los impulso desde el azul profundo de su Origen (3) lo que los lleva siempre a organizarse, reestructurarse, andar, sobrevivir. De alguna forma este Newen no se pierde, ya que el mapuche, ligado a la tierra como a sus antepasados, comprende claramente que quien pierde su origen pierde su rumbo. Es el peso y no la carga de la historia lo que parece hablar desde su sangre y los guía, aun estando lejos del contacto con la Naturaleza -en ciudades lejanas y ajenas- así como la Nguñelfe -el lucero de la mañana- (4) ha guiado y alumbrado a sus pu Kona y pu Machi (*) dentro de un mundo lleno de oposiciones y energías contrarias que, sin
embargo, indican siempre la Unidad, manifestación del equilibrio.


Una realidad:migración a centros urbanos

Salir de sus comunidades originarias a la ciudad ha sido para el mapuche un cara a cara con lo más crudo de una cultura dominante- dominadora. La discriminación y el menosprecio no han quedado fuera, sin embargo como dice José Painequeo, dirigente mapuche y jefe de la oficina de Asuntos Indígenas de la Pintana “la pelea dura que damos como urbanos es el reconocer, es decir que la cultura mapuche como tal sea reconocida a todo nivel de la población”. A los mapuche urbanos les ha tocado una titánica lucha por ganar espacios, por hacerse visibles en una sociedad a la que muchas
veces le ha faltado la voluntad de verlos en lo que son, como una cultura diferente, más allá de lo “folclórico-anecdótico”, con su propia visión de mundo, con propuestas, con proyecciones que nacen desde lo que son , no de lo que se les impone ser. Frente a esto Anselmo Peiñan, jefe de CONADI Santiago señala: “la pobreza, la marginalidad que han sufrido los pueblos indígenas, es producto,
justamente, que no están participando en toma de decisiones, sino de la elaboración de políticas y programas que diseñan otro tipo de profesionales y que no interpretan la visión de los pueblos indígenas”. Es por ello que los mapuche urbanos – Mapuche Warhiache - han estado elaborando con perseverancia, desde su Feyentún – Cosmovisión y creencias - una relación con lo no mapuche
– kme winka – un diálogo intercultural y desde un lugar que en un sentido ha sido privilegiado: el de saber con quienes tratan. Los mapuche saben mucho más de lo chileno de lo que un chileno sabe acerca de lo mapuche. La ignorancia en este sentido no ha sido pareja. Y aun cuando en lo urbano,
en un sentido purista, se han ido perdiendo formas de la cultura ancestral, por razones obvias, aun se conservan la ley del Adh Mapu y por lo tanto los principios en los cuales se sustenta la tradición.